Malabares


Corre dulcemente
Con su alma ensangrentada,
Deja que los vientos
Que atraviesan su cabeza
Piensen sin represarías,
Con la segura satisfacción
De la soledad auto impuesta.

Descansa cuando lo necesita,
Duerme cuando puede,
Pero siempre sufre;
Sufre por el silencio de sus pasos.
Pasa por alto que nunca fue nadie.

Las arañas siempre susurran,
Temen, temen, temen a la vida,
Temen a la muerte.
¿Quién podría creerles?
Todos huyen de la verdad.

El diablo habla a sus espaldas,
Sabe más que Dios,
Pero no lo acepta,
Conoce los contratiempos,
Sin embargo,
Fue él quien los inventó.
No tiene escapatoria,
Porque se encierra en sí mismo
Y tras los bastidores
Escupe la basura
Sobre la que flotará.

No vale la pena intentarlo,
Su abismo de luces incandescentes
No puede tener fin;
Así como la nada
Sobre la que baila
Y escupe a la realidad.

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