La noche
La noche ha sido la
protectora de los sueños, pues en ella se desarrollan miles de historias que
son contadas por personas que tienen la capacidad de recordar, sin embargo,
esta oculta millones de historias que son creadas en cada una de las mentes que
habitan en el planeta y que nunca han sido enunciadas.
La noche es una maestra, ella cuida a todos los que
prefieren los momentos de paz y de calma para entablar una relación con el
conocimiento. La noche los cobija con su oscuridad y les quita los distractores
del día.
La noche participa en la creación de cuentos y de historias fantásticas,
en ella se esconden los personajes que han de participan en un libro, un filme cinematográfico
o quizás en una obra de teatro.
La noche nos da un espectáculo de luces, su lunares brillan
en cada espacio de su piel y a veces se cobija por un manto de algodón para no
pasar frío mientras espera la salida de una luz que la hace desaparecer. Ella prefiere
la soledad y la mirada de pocos, para así esparcir sus delicadas lagrimas sobre
el pasto y los árboles.
La noche es una psicóloga, nos analiza en cada instante y se
queda en silencio esperando a que nos descubramos. Ella toma su café caliente,
escuchando nuestras historias que pasaron en el día y nos regala un beso antes
de irnos a dormir.
La noche es una cruel y silenciosa destructora de vida, ella
se lleva a muchos que han estado cansados de vivir, y no solo a aquellos que
dejan de respirar de forma natural, sino que también se lleva a aquellos que
pasan por su sombra de manera desprevenida.
La noche es mi musa y esa es la razón por la que le escribo,
porque sin ella estaría es un mundo aburrido. Ella es mi inspiración y en ella
pienso mientras estoy en el día. La amo, la odio y la necesito para seguir
viviendo.
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