La Nada

Hemos caído

En medio de la nada,

En el centro de un vacío infinito,

Es tan solo una esfera

Con 4 polos

4 esquinas

Y 4 lados,

La nada.

La manteca se conserva caliente,

Mientras el fuego arde a 180°.

De la carne

No caen gotas de sudor,

Por la piel ya no corre agua,

Se ha vuelto un pozo sin fondo,

Tan seco como la boca del desierto.

El cerdo,

Que empieza a crujir,

No se quema,

Mantiene su compostura

Al tiempo

Que con movimientos espasmódicos

Conserva una rigurosa sonrisa.

Que gratos dientes blancos,

Haré esto más a menudo.

Mataré a todos los dioses.

Mientras ellos me lo permitan,

Que no falte mi oración;

No debo caer ante Zeus.

Maldito sea el hombre,

Le devuelvo su gracia,

Su magnífica estupidez

No ha hecho más

Que traerme problemas.

Maldito Fuego,

Ese que me rodeaba.

No quema,

No hierve,

¿De qué sirve?

Si cuando acerco mi mano

Sólo siento cosquillas.

Es una inmensa farsa,

Aquí como en el cielo,

En la tierra,

En las líneas invisibles,

En las fronteras,

Nunca fuimos iguales.

Ni los ricos,

Entre los ricos,

Ni los pobres,

Entre los pobres;

Siempre tuvimos dioses.

Ahora que allí no estoy

Sigue siendo lo mismo.

El agua se evapora,

La leche materna se desborda;

Aquella carne se quema,

Huele a estofado de cerdo,

Pero es carne humana.

No sufro

Y mucho menos

Reniego de mi condición.

No sé si lo merezco,

A lo mejor

Debo de estar allá arriba,

Arruinando cada kilo de humo blanco;

Por el contrario

Estoy aquí,

Sumergido en la realidad,

Metido de lleno

En el mayor anhelo

Del ser humano.

Azufre.

Esto lo hemos causado,

El petróleo cae por los ríos,

¿Cuánto durará?

Tanto aquí

Como en la tierra

Hemos consumido lo mismo,

Esto es un reflejo,

El más acá

Es el espejo de la condición social.

¿Será por eso que no veo vikingos,

como Satanás no está en el cielo?

Tantos compatriotas han caído,

Sangre manchada de negro.

Arden entre un fuego infinito,

Que fluye de dentro hacia fuera,

No le interesa pacificar nada.

Si después

De ver niños muriendo de hambre

No ha pasado el efecto

De la droga gringa

No queda más remedio

Que enterrar las cenizas

Al lado de la mierda,

Que resultó de

Truman, Kennedy y Bush.

Ha salido del pantano,

De la arena seca del desierto

Y como huesos de caballo

No han servido para abono,

Mientras, en la atmosfera

Se concentra el mercurio,

La esencia de sus cuerpos,

Al ritmo en que la tierra

De Bogotá, de Colombia,

Toca el himno nacional.

Sobre la princesa de bronce

Reposa una bandera,

Cubierta de sangre,

Cubierta de hambre;

Pobreza y sangre

En el interior,

Todo al aro de los pobres,

Impuestos más altos

Que la lengua de los empresarios,

Que, comprando los votos,

Se roban el futuro del país.

Matan a los líderes sociales,

Muere el niño en brazo de la madre,

Niegan la educación pública,

Suben las pensiones,

Reducen los sueldos,

Aumentan los impuestos

Y se esconden tras la corbata,

Mientras los puentes y edificios

Se caen en la nuca del pueblo.