La sombra del alma
La
noche acaba de oscurecer todo el lugar, las personas buenas dormían en sus
habitaciones falsas, mientras yo soportaba el frio de la penumbra en aquella
habitación de mala muerte, en que todos entran y pocos tienen la oportunidad de
salir. Las sombras comenzaban a salir a las tres de la mañana, así que tenía
poco tiempo para escapar, el plan ya estaba definido hace más de cuatro
semanas; me fugaría por la parte de arriba del cuarto, cuando nadie me
estuviera mirando; pero no podía dejarla sola, no tendría la valentía de
abandonarla, se había convertido en mi salvadora, ella había ideado todo yo
solamente era su peón.
Las sombras estaban por llegar, no tenía tiempo para despertarla; ¡La abandone!
ella estaría en problemas, pero solo uno de los dos podría escapar, salí a la
calle y no me encontraba bien, comencé a tambalearme por aquellos pasajes sin
rumbo, veía millones de luces venir hacia donde me encontraba, cada vez me
sentía más extraño, como si algo muy profundo en mi interior se quisiera
devolver y traerla a mi lado, pero era demasiado tarde para arrepentirme no me
podía dejar dominar de ese sentimiento, tenía que seguir adelante puesto que si
no me daba prisa, las sombras me alcanzarían, y me matarían en seguida.
Tuve la oportunidad de ver en la lejanía un pequeño escondrijo detrás del
puente, comencé a correr lo más rápido que podía atravesando obstáculos sin
perder mi objetivo, pero algo en mi interior me decía que me detuviera y
observara lo que ocurría, en la frontera del puente había una chica muy joven,
con los brazos abiertos con la idea de caerse de aquel lugar, yo no podía creer
lo que veía, estaba atónito con el suceso que se realizaba frente a mis ojos;
sentí la presencia de las sombras, estaban cerca pero alguna extraña fuerza no
me dejaba mover; la chica tomo su decisión, no quise ver pero pude oír un golpe
en seco, y a miles de personas gritando, al fin me pude mover, de aquella
cárcel invisible, corrí de inmediato a la escena, observe delante de las
vísceras esparcidas, a una joven llorando por supuesto que la socorrí era la
única persona que la podía ver, le tome de la mano, que aun poseía el calor de
su cuerpo, la levante y me apresure a llegar al escondite que había encontrado
hace unos instantes, no podía dejar que las sombras la hallaran, y sobre todo
su pequeña sombra que aún seguía sujeta a su silueta, me tenía que deshacer de
ella no podía dejar que viera nuestro escondite, ellas nos encontrarían y nos
aprisionarían.
Faltando cortos metros para llegar a la entrada de la guarida, la sombra que seguía a la niña se detuvo en un intento desesperado de protegerla y de una manera rauda desvió a nuestras seguidoras, hacia otro lugar.
La dejé pasar, pero aún estaba confundido por lo que había pasado, la observaba
sin perderla de vista, mientras tanto la niña jugaba con ella como si fuera su más
preciado tesoro.
La
muerte abundaba en todo el lugar, la energía maligna se está multiplicando cada
vez más, ella no pronunciaba ninguna palabra, yo en vida ni podía sostener una
conversación con una persona conocida, y en estos momentos hablar con alguien a
quien ni le sabia el nombre, era imposible. Espere toda la noche al lado de la
luz de la luna, y al salir los primeros rayos de sol, yo quería dirigirme hacia
el lugar en donde era mi hogar, pero no sabía qué hacer con ella, después de
una noche protegiéndola, no podía dejarla sola a su suerte, si
las sombras la atrapaban serían más fuertes, era algo de no me lo podía
permitir.
La
lleve conmigo hacia mi hogar, no tuve necesidad de tocar la puerta, para mí
siempre estaba abierta, fue la primera vez que le hable diciéndole que pasara,
ella lo hizo sin cuestionarme, y comenzó a ver las fotos que teníamos en la
entrada de la casa, eran todas las aventuras que había tenido con mi mujer,
aunque no podía recordar la mayoría de ellas, comencé a ir hacia las
habitaciones y todas estaban perfectamente organizadas, a excepción de una de
ellas, la que era mi aposento, en donde tuve mis aventuras con ella, estaba
totalmente destruida, no había nada que estuviera en su lugar, como si alguien
hubiera destrozado el lugar a posta.
Ella
comenzó a subir con su acompañante por las escaleras, mientras yo intentaba
deducir que era lo que había poder causado tal atrocidad, ella llego y las paredes
que estaban gritando, se calmaron como si ella transmitiera una energía
positiva, mayor a la que yo poseía. Ella me dijo –Te extrañaba -, su voz,
podría ser ella, o la sombra se la estaba consumiendo, no podía creer lo que
estaba pasando, corrí hacia donde estaba ella, sin ninguna preocupación para
abrazarla; en la celda estaba preocupado por ella, y al fin la pude hallar, la
pude sentir de nuevo, la extrañe mucho, pero la felicidad fue efímera, la
sombra de ella se comenzó a separar, haciéndose cada vez más grande como si
algo le estuviera molestando, no era yo, o eso creía, en vida yo la ame todo lo
que podía hasta su sombra era especial para mí, pero creo que eso no bastó. Nos
devoró de un solo bocado y no quedaron ni las mínimas esperanzas, la casa volvió
a caer en caos, y otra vez quede prisionero, la diferencia de esta vez es que
ahora mi alma no podía escapar del lugar, y mi destino se convirtió en intentar
tener contacto con las personas de carne y hueso, con una sombra que no era
mía, pero cada vez que lo intentaba hacer, las personas salían espavoridas, me toco que vivir toda la eternidad peleando con la sombra de su alma.
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